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En el Acervo Leistenschneider existen artefactos líticos procedentes de diferentes puntos de nuestro país elaborados y utilizados a lo largo de todos los períodos de nuestra historia cultural. A través de los siglos el hombre pasó de ser un cazador-recolector estacional a ser un domesticador de plantas y animales sedentario, elaboró objetos en cerámica y metal por lo que los artefactos de piedra pasaron a un segundo plano, sin embargo nunca dejaron de utilizarse, solamente se transformaron o decrecieron en importancia al interior del conjunto de elementos necesarios para cubrir las actividades cotidianas.
Entre éstos encontramos: instrumentos utilizados para el desarrollo de labores de subsistencia: puntas de proyectil, cuchillos, raspadores, hachas, azadas, morteros, batanes, percutores, entre otros; instrumentos utilizados para la manufactura de objetos de cerámica, de piezas de metal, madera y concha tales como pulidores, tas, martillos, embutidores, repujadores, perforadores, etc.; artefactos líticos correspondientes a objetos bélicos tales como boleadoras, cabezas de porras y mazos; así como instrumentos utilizados para elaborar objetos de arte que posiblemente formaron parte de eventos rituales tales como recipientes finamente labrados con imágenes de seres mitológicos, cuentas de collar, esculturas de animales y plantas, cabezas de porras, entre otros y esculturas de deidades que ornamentaban templos y centros ceremoniales.
